Mitos y realidades de un Erasmus

Publicado por Miguel Canales en

Las motivaciones para convertirte en un Erasmus pueden ser de muy distinto tipo. Quizás estés buscando una experiencia nueva, aportar un plus a tu perfil académico, perfeccionar un idioma, conocer otra cultura, etc. De una u otra forma esa vivencia (más de una para algunos) está envuelta de mitos y realidades que persiguen a quienes se embarcan en ella. ¿Cuáles de ellas son ciertas? ¿Cuáles no corresponden a la realidad? Existen tantas historias Erasmus como personas, pero todas comparten algunas características que vamos a intentar desmitificar. Conoce todos los mitos y realidades de un Erasmus.

Comienza el Erasmus

La “vida” Erasmus arranca mucho antes de llegar al país que has elegido como destino. Empieza en el momento que tomas la decisión de formar parte de este programa y decides qué destino puede gustarte más. Aunque al final, es totalmente cierto que el escenario no cobra tanta importancia como lo hace la compañía. La gente, a la que definirás de forma especial (ver final del artículo) y que te acompañará durante tu estancia.

El día a día al principio puede ser menos fácil e idílico de lo que pensabas. Acostumbrarte a otras situaciones lejos de las conocidas comodidades de casa, se puede hacer un poco duro al principio, pero es pasajero. Sobre todo, si no dejas muy bien cerrado el tema de alojamiento. Un asunto de vital importancia y por eso desde Erasmus Play te podemos ayudar a encontrar el “nuevo hogar extranjero” más adecuado a tus necesidades y forma de ser. Así evitarás situaciones como por ejemplo baños compartidos con muchas personas o microondas a los que todavía estás esperando a calentar un vaso de leche debido a su alta demanda.

Sin embargo, esos pequeños problemas iniciales se convierten pronto en anécdotas y son suplidas por días llenos de planes, caras nuevas que cambian constantemente, lugares por descubrir y bastantes noches para recordar o casi... Las risas y vivencias un tanto extrañas, se convierten en la banda sonora y común denominador de cada minuto.

Estudiante en el aeropuerto

Estudiante en el aeropuerto

Los mitos y realidades más populares

El Erasmus está cargado de mitos como por ejemplo: “los Erasmus no hacen nada”. Muchos creen que sólo piensas en irte de fiesta y gastar el dinero de los padres. No es cierto, por lo menos para aquellos que sí quieren aprovechar la experiencia tal y como está concebida: aprender y crecer como persona. Perfeccionar un idioma y la forma de desenvolverte prácticamente en cualquier situación; o dicho de otro modo, “sacarte las castañas del fuego” y potenciar tu superación personal, es casi imposible no traerlos en la maleta a tu vuelta. También varias técnicas de supervivencia en la cocina que quizás enorgullecen a tu madre y padre.

Otro mito muy conocido desde luego es -y aquí hacemos alusión a la frase anteriormente escrita: “bastantes noches para recordar o casi…”- la fiesta. ¿Qué hay de cierto en esto? Definámoslo como que es “suficiente”. Si te organizas bien, puedes realizar planes prácticamente todos los días de la semana. Una situación muy habitual durante el primer mes, después suele calmarse y hacerse más selectivas, con aquellos que mejor congenias. Además, comienzan las clases, las prácticas y llega cierta rutina que se rompe a veces y sobre todo, los fines de semana. En el mes de junio el curso suele acabar como el principio, de fiesta.

Otro mito hace referencia a: “no se estudia nada”. No va a ser el año o meses académicos más difíciles de tus estudios, pero no significa que te regalen el curso. Tendrás que adaptarte al sistema educativo del país de destino y realizar los trabajos o exámenes obligatorios. Acerca del material escolar que debes llevarte -te recordamos que es importante cómo saber hacer bien una maleta-. No es necesario incluir demasiadas cosas, no porque no lo vayas a utilizar, sino porque en el país de destino seguro que puedes adquirirlas y eso peso que te evitas.

Biblioteca universitaria

Biblioteca universitaria

Comes fatal: mito y realidad. Todo depende de tus habilidades culinarias, del tiempo y del presupuesto. Además es una oportunidad ideal para aprender a cocinar. Sí es cierto que no se puede comparar la calidad de muchos productos frescos como los que puedes encontrar por ejemplo en España, pero la elección de la cesta y lugar de la compra es tuya. Puedes ir a una gran superficie y realizar una compra cargada de productos precocinados o también acudir a mercadillos ecológicos y cocinar de forma saludable. Depende de cómo sea tu alimentación, responderás con un “sí” o como un “no” a: “coges unos kilos”.

Los viajes son considerados como una realidad. ¿Un Erasmus está todo el año viajando? Puedes viajar mucho sí, para conocer lo máximo posible del país de destino. Lo más recomendable es planificarte y lo más importante, disponer del dinero suficiente una vez cubiertos todos los gastos necesarios. Es habitual buscar un trabajo, este punto bien merecería un artículo aparte. Aunque en estos viajes las comodidades no suelen preocupar mucho, por lo que el ahorro es considerable.

Las becas proporcionadas por el Ministerio solucionan el Erasmus. Falso. La cuantía generalmente es baja y no suele superar los 400 euros al mes, aunque la cantidad puede verse modificada dependiendo de diferentes factores económicos y políticos del momento. Es una ayuda sí, pero no llega a cubrir los costes de alojamiento, comida, transporte o el ocio. La iniciativa #Erasmus500 surge como respuesta a dificultad que tienen los estudiantes de toda Europa en conseguir pagar su estancia con las becas otorgadas.

No hay que olvidarse de una de las palabras más pronunciadas y también temidas por los familiares: el orgasmus. El mito de las relaciones a distancia, de los encuentros esporádicos o de los amores del Erasmus. Seguramente es uno de los periodos donde más gente vas a conocer y en el que más gente tenga especial interés en conocerte. Hay quienes se separaron durante el viaje, otros que permanecieron unidos o que incluso conocieron al que hoy es su marido o mujer o padre de sus hijos. También existen quienes van y vuelven igual. De una u otra forma, es un año de relaciones únicas y hasta dónde llegar lo decides tú.

Uno de los mayores aprendizajes es que valoras más lo que tienes en casa: cierto. En ocasiones es importante “perder” cosas y personas, para saber lo que realmente te importan o no. Pasar un tiempo lejos de los “tuyos” te ayuda a valorar el apoyo incondicional de los padres, la confianza de las amistades e incluso el apego por algunas costumbres que conforman tu identidad. Todas ellas las complementarás con otras muchas que traerás contigo a tu vuelta. Entre ellas la que llamarás como “familia Erasmus”.

Fiesta de estudiantes

Fiesta de estudiantes

Por último, que el tiempo pasa rápido no es cierto, porque pasa extremadamente rápido, así que aprovéchalo al máximo. Ser Erasmus y esto no es un mito, te cambia sobre todo por dentro. Una verdad que sólo entienden quienes ya lo han vivido.

Y tú, seguramente conocías ya todos estos mitos pero, ¿conoces otros nuevos? Comparte en los comentarios cuáles son tus mitos y realidades favoritas y cómo los viviste durante tu beca Erasmus.


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